México.- El segunda base dominicano Robinson Canó ha aportado a los Diablos Rojos del béisbol mexicano más allá de su aporte en el campo y en muchos momentos se asemeja al trabajo del entrenador. "Es como un 'entrenador'.
Comparte sus análisis de los lanzadores rivales por Whatsapp con sus compañeros, les cuenta cuáles son los lanzamientos favoritos de los lanzadores y cuáles son sus tendencias", dijo a Efe el mentor de los Devils, Lorenzo Bundy.
Entre los jugadores de los Rojos, los adjetivos más utilizados son "excelencia", "grandeza", "disciplina" y, sobre todo, "humilde" para Canó, ganador de la Serie Mundial de 2009 con los Yankees de Nueva York. “Robbie tiene 41 años y es el primero en llegar al estadio, trabaja en el gimnasio y en la caja de bateo todos los días.
Vino a México a ganar el campeonato y no por el dinero; Él es un líder.
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"Además de ser un gran jugador, es una gran persona", añadió Bundy.
Canó firmó con los escarlatas para la actual temporada de la liga mexicana. Desde el primer momento avisó que no venía a por el sueldo, sino a romper el ayuno de casi 10 años de títulos del equipo.
Llegó a las Grandes Ligas después de una carrera de 17 años en la que conectó 335 jonrones, la segunda mayor cantidad para un segunda base en las Mayores, obtuvo cinco títulos y ocho selecciones al Juego de Estrellas.
Su paso por el "Big Ten" lo convirtió en un contendiente al Salón de la Fama, donde algún día podría tener dificultades para llegar, después de haber cumplido dos suspensiones por pruebas de dopaje positivas, la última en 2020. lo que lo mantuvo fuera de 162 partidos, toda la campaña 2021.
Luego de sus problemas en las Mayores, Canó se dedicó principalmente a jugar en la temporada invernal Liga República Dominicanaal que representó en las últimas cuatro series del Caribe. Los Devils lo atrajeron a Miami este año dándole la oportunidad de liderar un proyecto destinado a devolver la gloria al equipo más ganador de la Liga Mexicana. Canó terminó la temporada regular como campeón de bateo con un porcentaje de slugging de .431, el mejor en la historia de los Rojos y el sexto mejor de la liga.
"Nunca he conocido a un extranjero que combine grandeza y humildad. Es una persona que está inmersa en el béisbol, estudiando constantemente videos y estadísticas", dijo a Efe el entrenador de bateo de los Diablos Rojos, Carlos Sievers.
Otro aporte de Canó es su humildad. Se incorporó al equipo sin ego alguno y dejó paso a Juan Carlos Gamboa como capitán y líder del vestuario. "Su experiencia es una de las claves que nos mantiene cerca del título.
Además, entendió que jugamos para los Diablos y no para el éxito individual. Ha creado una gran química en el vestuario, tiene los pies en la tierra y ha contagiado su mentalidad ganadora”, afirmó Gamboa.
Canó y los Diablos visitarán el domingo a los Sultanes en la final de la Liga Mexicana, a la que lideran 2-0 y terminarán con el primer título entre ambos equipos con cuatro triunfos. Si ganan la final, los escarlatas alcanzarán 17 títulos y se convertirán en los más exitosos de la liga.
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