El poder es una condición que hace que la mayoría de quienes lo ejercen crean que están por encima del bien y del mal y pueden utilizarlo para sus intereses personales o grupales sin considerar las consecuencias buenas o malas resultantes de sus decisiones.

Estas líneas son adoptadas por quienes tienen ideas profundamente totalitarias, o en algunos casos las adoptan, después de observar que todo lo que hacen con el poder siempre encuentra el apoyo de los oportunistas que los rodean.

Esta, y nada más, es la razón principal por la que algunas personas que llegan al poder con ideales democráticos, gracias a estos constantes halagos, entienden que son insustituibles y hacen lo imposible a sangre y fuego para continuar.

Y no me refiero sólo a los cargos más altos, como la presidencia de la república, porque la misma filosofía la aplican en mayor o menor medida todos aquellos que tienen empleados de cualquier cargo bajo su jurisdicción.

La creencia de que una posición la sitúa por encima de otras en todos los aspectos es muy similar al adulterio, un fraude verdaderamente colosal.
Mientras el hacha "va y viene", que quienes controlan las estructuras de poder en el espectro gubernamental sepan que los "amigos" se multiplican, surgen de la noche a la mañana, pero sólo mientras permanezcan en el cargo, porque después de eso, independientemente de los beneficios que obtengan, caminar Los resultados obtenidos bajo su mandato desaparecen como insectos a los que se les aplica DDT o cualquier otro repelente.
RADARES.- Saúl Álvarez parece no tener más remedio que enfrentar a David Benavidez en lo que se pronostica será una de las peleas más espectaculares, pues se cree que Canelo tiene miedo de su golpe.