Amini, de origen kurdo, fue detenido por no llevar correctamente el velo, que es una norma obligatoria en el país. Luego apareció en un hospital iraní con signos evidentes de tortura y murió dos días después de su arresto.
Su muerte desató una serie de demandas serias en todo el país, encabezadas por mujeres, que hasta ahora han matado a casi 500 personas y herido a miles más.
El poder judicial iraní ejecutó a cuatro personas por lo que denominó "crímenes contra Dios" o "moharebeh".
El caso de Nasr-Azadani se conoció en medio del avance. El pasado mes de diciembre, los medios internacionales informaron que el futbolista ya había recibido una sentencia de muerte, aunque actualmente se encuentra en juicio.
Diversos grupos e incluso actrices y cantantes internacionales como la colombiana Shakira, pidió a la FIFA que interviniera en el asunto.
Según los argumentos de la justicia iraní, Nasr-Azadani era miembro de un grupo que provocó la muerte de tres agentes de seguridad durante las protestas antigubernamentales del 16 de noviembre.
Este delito se considera "guerra contra dios«, por lo que su sentencia es la pena de muerte.
En la sentencia anunciada el lunes, que puede ser apelada, el futbolista fue condenado a un total de 26 años de prisión por tres cargos diferentes, que sin embargo se relacionaban con "ayudar a las personas a cometer delitos contra Dios".
El gobierno islámico que gobierna Irán ha sido sacudido por disturbios civiles desde la muerte del joven Amini.
Los veredictos más recientes, que aún pueden ser apelados, elevan a 17 el número de personas condenadas a muerte durante las protestas que han durado más de tres meses.
Cuatro de los condenados ya han sido ejecutados y dos más enfrentarán sus sentencias luego de que la Corte Suprema del país confirmara sus sentencias.
En el caso por el que el futbolista iraní fue llevado a los tribunales, también fueron condenados Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi y Saeed Yaghoubi acusado de "moharebeh".
También fueron declarados culpables de un "un grupo criminal que pretende perturbar la seguridad del país"el cargo conlleva una sentencia de 10 años.
Además de los cuatro condenados a muerte, un quinto hombre también fue enviado a prisión por los mismos delitos.
Las ejecuciones provocaron indignación mundial y nuevas sanciones de los países occidentales contra el gobierno de Teherán.
Según la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, Irán ocupa el segundo lugar después de China en el uso de la pena de muerte, con al menos 314 personas ejecutadas en 2021.
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