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Paula Boira Nacher Madrid, 2 agosto (EFE).- La participación de la boxeadora argelina Imane Khelif en los Juegos Olímpicos de París reabrió el jueves el viejo debate sobre la competición entre mujeres con diferencias genéticas y hormonales, provocando una ola de transfobia. contra un deportista que nunca se ha identificado como trans.

La controversia surgió después de que la boxeadora italiana Angela Carini se retirara de su pelea contra Khelif, citando un fuerte dolor por los golpes de su oponente, pero el público encontró otra razón para la retirada: la exclusión de la boxeadora argelina del Campeonato Mundial de Boxeo de 2023 fracasó por un género en prueba que determinó "ventajas competitivas" sobre sus rivales.

También estuvo implicado el boxeador taiwanés Lin Yu-ting, que debuta hoy en París, que, al igual que Khelif, dio positivo en un test de testosterona. "sino a una prueba independiente y reconocida, cuyos detalles mantenemos confidenciales"según un comunicado de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA).

Viejo debate

El caso de Khelif recuerda al de la ex deportista española María José Martínez Patiño, que fue expulsada de la Universidad de Kobe en 1985 después de que un análisis de sangre revelara que tenía cromosomas XY, normalmente presentes en los varones.

El boxeador Khelif en la pelea.

El diagnóstico del atleta fue síndrome de insensibilidad a los andrógenos (AIS): personas con un cromosoma XY, pero resistentes a los efectos de los andrógenos, que se consideran hormonas sexualmente masculinas.

Se trata de una persona intersexual, un "término general que engloba muchas diferencias", en palabras del catedrático de la Universidad de Valladolid Jonathan Ospina-Betancurt, experto en intersexualidad y transexualidad en el deporte, que explica a Efe que esta condición puede afectar tanto al sexo biológico , como cromosómicas, hormonales o gonadales, entre otras.

"No se puede clasificar a las personas únicamente en función de los cromosomas, la carga genética o los niveles específicos de testosterona, porque no existe un sello perfecto entre las categorías de hombre y mujer", subraya.

Así lo presentó Martínez Patiño ante la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), a la que demostró que su trastorno genético no le daba ventaja. En todo caso, todo lo contrario: “Incluso si hubiera intentado doparme con testosterona, no habría tenido ningún efecto porque el receptor de andrógenos no funciona. No hay respuesta de la organización", comentó en una entrevista con EFE. El 14 de octubre de 1988 fue rehabilitado tras tres años de inactividad.

¿Sesgo racista y sexista?

En los últimos años se han dado casos similares a los de Khelif y Martínez Patiño, la atleta sudafricana Caster Semeya y la india Dutee Chand, quienes eran mujeres cisgénero diagnosticadas con hiperandrogenismo, una condición que provoca una sobreproducción de testosterona.

En el caso de Ospina-Betancurt, todas encuentran el mismo patrón: "no se ajustan al estereotipo femenino perfecto de la sociedad occidental". "Todos los casos son de mujeres del Sur Global, incluso el caso de Martínez Patiño, que en su momento venía de una España en desarrollo que ni siquiera era miembro de la Unión Europea" Específico.

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En ello coincide el doctor en derecho Daniel J. García López, cuyas investigaciones se centran en los márgenes de la sexualidad jurídica, advirtiendo de los peligros de "prescribir un tipo de cuerpo concreto como un tipo global".

Para Martínez Patiño, estos casos pasaron a primer plano "porque se trata de deportistas argelinos y taiwaneses". "Si hubieran venido de otros países, nadie habría dicho nada", subrayó el deportista, que es miembro del panel de expertos del comité médico del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 2012.

A esto se suma su condición de mujer, añade García, que compara los supuestos beneficios de los deportistas con hiperandrogenismo con otros deportistas de élite, como el nadador estadounidense Michael Phelps, cuyo cuerpo produce la mitad de ácido láctico que un deportista típico, lo que le hace sentir menos. cansado que sus oponentes.

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"Le dicen que tiene mucha suerte por su condición y lo excluyen", lamenta el abogado, que recuerda que normativas como la IAAF exigen un nivel de testosterona inferior a 5 nanomoles/litro en sangre para quien quiera será categoría femenina, mientras que en las categorías masculinas no existen restricciones similares más allá del control antidopaje.

"Las que siempre han sido escrutadas son las mujeres porque creen que un hombre las puede vencer, pero ellas nunca podrán vencer a un hombre", afirmó Ospina-Betancurt. En definitiva, transmiten el mensaje de que el buen rendimiento deportivo es herencia exclusivamente masculina.

La ola de transfobia

Este debate dio lugar a redes sociales como el mensaje del presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayusoque hablaba del "borrado de la mujer" o de la ex periodista deportiva Paloma del Río que aseguraba que "si tus cromosomas son XY, eres hombre".

La ex dirigente socialista, presidenta de la Fundación de Mujeres, Elena ValencianoTambién defendió la injusticia de "desarrollarse como hombre con la ayuda de hormonas masculinas" y luego "definirse como una deportista femenina".

Desde el otro extremo, el secretario LGTBI del PSOE, Víctor Gutiérrez, recordó que Khelif "no son mujeres trans" y "no hay mujeres trans compitiendo en los Juegos Olímpicos". Otros usuarios, como la autora y activista trans Alana S. Portero, también señalaron que este no es un debut olímpico para Khelif, quien no logró llegar a cuartos de final en Tokio 2020 a pesar de tener la ventaja.

"El COI analiza con lupa la condición física de los deportistas y deja en manos de las federaciones internacionales garantizar que los participantes cumplen todos los requisitos", explicó Martínez Patiño, que se defiende afirmando que "hoy nadie participa en los Juegos Olímpicos". ". "Nadie que los reúna". "Es imposible que alguien intente engañar al comité", añade.

Fondo
La prueba que excluyó a Khelife del Mundial fue realizada por la IBA, que no organizará la competición de boxeo en los Juegos Olímpicos de París, ya que anteriormente fue suspendida por el COI por irregularidades financieras y en el arbitraje de los combates. Los resultados no fueron publicados por secretismo, pero varios medios rusos repitieron el mensaje del presidente de la IBA, Umar Kremlev, quien aseguró que ambos boxeadores tienen cromosomas XY y no XX, como es habitual en las mujeres.

Por su parte, el COI se defendió afirmando que "todos los atletas que participen en el torneo de boxeo de los Juegos respetarán las normas de elegibilidad e inscripción de la competición, así como todas las normas sanitarias pertinentes establecidas por la Unidad de Boxeo de París 2024″. . "Estos dos atletas fueron víctimas de la decisión repentina y arbitraria de la IBA", dijo el COI, criticando la falta de un "procedimiento claro para las pruebas de género" en los reglamentos de la federación.

Tanto García como Ospina-Betancurt advierten de un último problema. ¿Qué pasa si Khelif regresa a casa? "Mañana lo olvidaremos, pero estos deportistas son seguidos por 200.000 millones de personas y las dudas sobre ellos ya se han disipado.

Muchos deportistas que han sufrido este acoso mediático y social lo han hecho bastante mal con su salud física y mental”, advirtió Ospina-Betancurt.

Por su parte, García lamentó que se vulnere la intimidad del boxeador, que se ve "prácticamente obligado a declarar quién es" cuando, recuerda, "no existe posibilidad de cambio de género en la legislación argelina" y el colectivo LGTBI+ está siendo perseguido. EFE