El joven flamante ministro del Deporte, Kelvin Cruz, se mostró muy emocionado luego de asistir a la inauguración de los dos primeros en Montecristi.
Cuando habló, dijo dos cosas: una en broma, la otra muy relevante.
¿Qué dijo?
Inmediatamente asumió el cargo en Miderec y fue invitado a una reunión por la vicepresidenta Raquel Peña.
Y se preguntó: Vaya, qué he hecho. ¿Pasó algo, me llamaron tan rápido? bromeó.
Pero luego se sintió aliviado al saber el motivo de la reunión.
El vicepresidente le dijo que era un aficionado a los deportes y que harían muchas cosas juntos.
¡Esa fue una gran noticia!
Por dos razones:
1- Un joven ministro genera inmediatamente química con el vicepresidente.
2- Todos sabemos que el presupuesto de Miderec es limitado.
Si Kelvin fortalece estos vínculos, el vicepresidente podrá apoyarlo desde la presidencia e incluso ante la puerta de otros ministros.
Esto funciona en equipo.
Si miras el presupuesto del Ministerio de Deportes te darás cuenta de que no es suficiente.
El subsidio anual a las federaciones deportivas, el ahorro y construcción de instalaciones deportivas, la manía nacional por el empleo, el dinero extra que hay que encontrar cada vez que hay que restar los Juegos Centroamericanos, los Juegos Panamericanos y los Juegos Olímpicos.
Añadamos los Juegos Nacionales, que -en mi opinión- no es un error organizarlos cada dos años.
¡Si yo fuera Kelvin, le enviaría los buenos días! diariamente a la vicepresidenta Raquel Peña, porque ella puede ayudar mucho en Miderec.