El exceso de confianza es un elemento que ha dejado una huella imborrable y desgarradora entre los actores que se consideran imbatibles en cualquier competición.

Las emociones y sentimientos que se creen invencibles, si bien es cierto que dan cierta seguridad tras alcanzar una meta, también pueden crear la falsa idea de que se creen inexpugnables e intocables.

En la mayoría de los casos, el exceso de confianza se crea debido a la facilidad con la que se obtienen las victorias, lo que hace que muchas personas crean que nadie podrá vencerlos bajo ningún concepto.

Los deportistas y los políticos son quienes más confían en su invulnerabilidad, pero es precisamente en estos dos grupos donde se han producido los mayores desastres de la historia de la humanidad.

Uno de los mayores desastres de la historia del deporte se produjo ayer en los Juegos Olímpicos de París, cuando los dos "monstruos invencibles" del tenis, los españoles Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, fueron descalificados frente a los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram (6-2 y 6-4).

Nadie pensaba, y menos Nadal y Alcaraz, que estos dos "chicos" de historia poco conocida pudieran ganarles.

Para el tenis español, este hecho histórico negativo debió estar influenciado por un exceso de confianza en sus capacidades, porque es casi seguro que no estaban preparados para las condiciones, creyendo que los rivales serían presa fácil.

Eso debería ser para Marileidy Paulino, quien todos creen que seguramente ganará el oro en los 400 metros. Se espera que no crean que es infalible, pues en el camino "de cada yagua vieja sale un alacrán enorme".