La participación en los dos primeros días del torneo de béisbol invernal, que comenzó el pasado miércoles, deja claro que la afición está dispuesta a apoyar el espectáculo, que, repito, es de mayor calidad esta temporada que los presentados en versiones recientes.
Y es un hecho que jugadores que hasta hace poco fueron estrellas de Grandes Ligas y aún están en forma, se han integrado desde el primer día.
Esto lógicamente dará como resultado que el flujo de fanáticos a los estadios aumente exponencialmente, especialmente después de que termine la Serie Mundial.
La presencia gerencial de hombres como Albert Pujols, quien todos saben que quiere ganar experiencia en este juego para convertirse en piloto de Grandes Ligas, es un punto brillante.
Esperemos a que avance el campeonato para tener una visión más completa de cómo quedará, pero lo que no pueden perder es el aumento de precios en los estadios y del equipamiento de seguridad en los aparcamientos.
Un aficionado que esté de acuerdo con el trato de los organizadores es la clave del éxito.
RADARES. La influencia de la política en el deporte es cada día más notoria. En este sentido, nadie puede considerarse aislado de lo que sucede en el deporte y su entorno.
Por esta razón, el presidente Vladimir Putin, interrumpiendo ayer la terrible guerra con Ucrania, condenó "utilizar el movimiento olímpico para "juegos geopolíticos y propagar normas antinaturales", en referencia al movimiento LGBT prohibido en el foro deportivo ruso.
"Hoy es evidente que quieren convertir el deporte, el movimiento olímpico (…) en un espacio para juegos geopolíticos, implementar su programa destructivo y neoliberal y promover propaganda contra la naturaleza y la falsa libertad."
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