Fue muy interesante la historia del encargo de Albert Pujols para dirigir al Elegido.
Según José Miguel Bonetti y Eduardo Najri, todo empezó como una broma.
Es decir, Bonetti y Najri no imaginaban que Pujols planificaba su carrera como directivo.
Pero lo más importante en la conversación es la seguridad laboral.
En Lidom, un directivo puede perder su empleo en cualquier momento.
Pero Pujols puso esa pregunta sobre la mesa de negociaciones y obtuvo una respuesta tranquilizadora.
No importa cómo juegue el Elegido, Pujols será respetado.
Algunos fanáticos no entenderían esto si el equipo pierde, pero es una cuestión de rango y respeto hacia Pujols.
Bonetti ahora bromeaba: "Pujols sabe que cuando la pelota entre en movimiento, van a dejar su récord a un lado".
¡Y es verdad!
Los que pierden no piensan en la historia.
¿Qué pienso de Pujols?
Hay un dato que no le favorece:
Tradicionalmente, los grandes actores no han sido líderes exitosos.
¿Podrá Pujols revertir esa tendencia?
¡Por supuesto!
¿Cómo lo haría?
Poner toda su cabeza en este papel.
Ser un gran jugador no garantiza que serás un gran líder, pero es una buena garantía.
En principio, el Elegido gana si tiene una figura de su nivel.
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